sábado, 30 de enero de 2010

CRÍTICA AL FILM "CIUDADANO KANE"

“El Ciudadno Kane”, sin duda un film que pasa desde ser un crítico radical del poder persuasivo de los medios a inclusive ser un ejemplo de cómo llegar al poder mediático e influyente de la vida política y económica de un país. Se consideran además, dos ejes sobre los cuales gira la temática de la película: El poder de un ciudadano, que en un principio anhela defender los derechos de los demás, y que de a poco se convierte en un hombre ambicioso que busca distintos medios, algunos incluso canallas, para alcanzar más y más poder manipulador. Y por otra parte, el desarrollo de un proceso de investigación periodística que busca cada vez más adentrarse en la vida de un “fanático del poder”, considerado un maligno social; con la excusa de una palabra que el “The Daily Chronicle” consideró importante: “Rosebud”.

Charles Kane, como pude constatar en el film, era un niño de familia humilde, que de cierta manera fue adiestrado para manejar medios de comunicación; más específicamente de un diario: “The Inquirier”. Lo que Kane iba alcanzando cada vez más, sin duda lo llevaría a convertirse en un pionero de la prensa. Recordemos que según la película, Kane es el precursor del amarillismo en los medios escritos. Me quedó clara la parte cuando este magante, decía de manera resumida, que: los periodistas no deben esperar que la noticia llegue, sino que deben buscarla, interpretarla e incluso inventarla.

Como suele ser común en la vida de los imperialistas, su auge sufriría varios tropezones, la necesidad de más poder en Kane, lo llevaría a cometer errores que muy pronto los pagaría. El nepotismo del personaje que interpretó Orson Welles, sufriría altibajos que terminarían en la decadencia. Pude talvez, considerarse un loco que cometía cualquier arbitrariedad y que de forma tozuda consideraba estar en lo cierto. Por razones obvias, puede ser apreciado por eso y mucho más. Un hombre que se olvidó del fin que él consideraba primordial, el bien de la colectividad para él sentirse bien. Talvez aquí quede como anillo al dedo, el lema de que él hombre es un ser bueno, pero la sociedad lo vuelve corrupto.

Dejando de lado los matices de la vida del ciudadano Kane, hay que echarle un vistazo a la labor del periodista Thompson, un hombre que perseveró ante las eventualidades que el proceso le demandó. El periodista en su tarea investigativa se vuelve parte de la vida del fallecido Charles Kane, desconoce de límites, y es capaz de indagar en los núcleos más cercanos del magnate estadounidense con el fin de descubrir aspectos y tópicos de la vida, que de cierta manera él consideró tuvieron que ver con la última palabra de Kane: “Rosebud”; y, darse cuenta que toda una magnífica cobertura investigativa, lo llevaría a descubrir lo impensable, una palabra más de las tantas que este ambicioso “periodista “pronunció en sus momentos de profundo deja vù y éxtasis.

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